Quiero que me conozcan, que sepan que estudié letras porque
los números siempre me fueron fáciles, porque mi infancia fue numérica, porque
mi viejo es ingeniero. Quiero que me conozcan, que se enteren de mi prolongado
sueño, de mi insaciable hambre, de mis ganas de siempre saber más. Quiero que
me conozcan, porque de lo contrario no me van a entender.
Quiero que me conozcan, pero no quiero que se enteren que
ronco. No me interesa que sepan que me sudan las manos, que cada vez tengo
menos cabello, que tengo tendencia a engordar. Quiero que me conozcan, pero si pudiese
al mismo tiempo ocultar que no sé combinar mi ropa, sería genial.
Quiero que me conozcan, que me vean y sepan quién soy, qué
hago, cómo lo hago y por qué me sale bien. Quiero que me conozcan, pero también
quiero poder salir caminando a comer un helado y disfrutar la falta de miradas
sobre mí. Quiero poder tomar una foto en medio de una multitud y no afectar el ambiente
con la luz que pueda destellar de mi nombre. Quiero que me conozcan porque
quiero causar un impacto, pero también quiero reservarme el derecho a impactar
cuando tenga ganas.
Quiero que me conozcan, que mi paso por la tierra deje una
estela que para algunos signifique que hubo un antes y un después de Ernesto.
Quiero que me conozcan, plantando un ejemplo que sirva de incentivo para que
otros también lo quieran plantar. Quiero que me conozcan, porque si no lo hacen,
hasta el más triunfal de mis logros quedará sepultado por mi anonimato. Quiero
que me conozcan, porque quiero que me recuerdes tú.
Quiero que me conozcan, que sepan que me gradué entre
elogios y platillos, que vean en mi lista de trabajos mi capacidad de
adaptación, que entiendan que no por nada me senté siempre al frente del salón.
Quiero que me conozcan, pero no quiero que se enteren que escribí poesía toda
mi adolescencia porque viví enamorado del amor.
Quiero que sepan lo suficiente de mí como para generar
interés, pero quiero guardarme algunas arrugas y defectos para llevar conmigo a
la tumba. Quiero que me vean con curiosidad, con deseos de informarse sobre mis
proyectos, pero también quiero que mis planes personales se diluyan del interés
público, que nadie piense en mi día a día, que no quieran saber de mi
hogar.
Pero entre quereres y querellas, lo mío y lo suyo, lo que va
adentro y afuera, me vuelvo a confundir. Quiero que me conozcan, pero no si al
conocerme tanto, y en un intento por guardar algo para mí, termino
convirtiéndome en quien que no soy. Quiero que me conozcan, pero no si de mi exposición
no va a salir algo positivo para los demás. Quiero que me conozcan, pero quiero
poder andar tranquilo y perderme en mi soledad. Quiero que me conozcan, pero
también quiero que, por momentos, me puedan olvidar.